Las creencias son las reglas que damos por ciertas y por lasque se rige nuestra vida. Si hacemos un símil con la tecnología, un programa informático sería el equivalente a la mentalidad, mientras que cada uno de los comandos u órdenes individuales de ese programa, serían las creencias.
La gran mayoría de nosotros las hemos adquirido de nuestra cultura, de nuestra sociedad, de las familias, de nuestros educadores, de nuestras experiencias y a medida que evolucionamos vamos incorporando de manera inconsciente nuevas creencias
Hay dos tipos de creencias: limitadoras y potenciadoras.
Las creencias potenciadoras son aquellas que animan a la persona a crecer, a mejorar, le insuflan de vitalidad y de expansión. Son las que nos proporcionan una calidad de vida envidiable en todos los aspectos.
Por el contrario, las creencias limitadoras son aquellas que cuando se ponen en funcionamiento impulsan a la persona a “decrecer” y van en contra de la “vitalidad” de la expansión y por lo tanto van contra natura.
Para reconocerlas, la manera más efectiva es ver los resultados que estamos consiguiendo a largo plazo en un asunto concreto.
Si los resultados son los que esperamos, entonces hay creencias potenciadoras que nos están impulsando, mientras que si no nos gustan y no son los que esperamos, conviene revisar las creencias que nos han llevado a esos resultados.
Lo más delicado es que, como modelan nuestra identidad, hasta podemos llegar a matar por defenderlas
Hay muchas maneras de cambiar las creencias. En este blog, te he dejado más post sobre este tema, por lo que te invito a que los veas. Hoy te voy a dar otras 3 recetas. Estoy segura de que aplicando solo una de ellas, o todo el arsenal a la vez, estás perfectamente preparado para detectar las creencias limitantes y cambiarlas.
Reflexión sobre tus resultados
En primer lugar, sé humilde y honesto contigo mismo. No hace falta que lo hables con nadie. Te voy a a animar a que te hagas un regalo: dedícate una tarde o un día solo para ti mismo, en ese lugar que tanto te inspira, que tan buenos recuerdos te trae.
Y una vez allí, párate a pensar y analiza todas las facetas de tu vida y reconoce lo que no está funcionando. Solamente desde la reflexión, te van a venir nuevas ideas para empezar a cambiar las cosas. Recuerda que te mereces absolutamente TODO LO BUENO que deseas para ti y los tuyos y que si hay algo que no te satisface, siempre hay posibilidades de cambiarlo.
Cambia tus resultados
La manera más efectiva y más directa para cambiar las creencias limitantes, es cambiar los resultados. Se trata de agarrar al toro por los cuernos, tomar la responsabilidad y hacer lo imposible por lograr el objetivo.
Al ser lo más efectivo y lo más directo, también es más difícil de ejecutar.
Por eso, te voy a dar otras alternativas algo más sencillas y muy efectivas:
Autoconocimiento
Aprende a reconocer la creencia que hay detrás. Requiere un trabajo muy grande a nivel personal, de ver qué es lo que estamos haciendo, dónde está la forma de pensar, de razonar, las suposiciones, las interpretaciones, el proceso que nos ha llevado a ello y cuestionar absolutamente todo.
Se trata de no dar nada por sentado y estar abierto a otras alternativas distintas e incluso opuestas. Con un poco de práctica, uno va ganando agilidad y cada vez es más rápido
Busca un experto
Y por último y lo que siempre recomiendo: pide ayuda. Siempre hay alguien que tiene la solución a tus problemas: alguien que ya ha estado donde tú estás ahora o algún profesional experto en ayudarte a encontralas.
Recuerda que cada minuto de más que pases con tus creencias limitantes es un coste de oportunidad que estás perdiendo muy grande.
¡Qué! ¿Te pones a ello? Te aseguro que detectar tus creencias limitantes y cambiarlas es sin duda la mejor decisión que puedes tomar en toda tu vida, porque las vas a cambiar para siempre. ¿A qué esperas?
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Un abrazo grande y muchas gracias por estar aquí