El pasado fin de semana ha sido largo, puesto que el martes 30 de mayo es el día de Canarias, y mucha gente se lo ha tomado como festivo.
En mi caso, aproveché para tomarme unos días fuera de la isla, y lo he disfrutado intensamente; mi prioridad ha sido el descanso, los paseos por la naturaleza, y también el perderme por las calles de una ciudad preciosa, mi ciudad de nacimiento, que es Segovia, así como saborear la gastronomía castellana, y encontrarme con muchas personas queridas. También han habido momentos de trabajo, aunque por una vez, mucho menos de lo habitual.
Al volver a casa después de estas mini-vacaciones, vuelvo encantada, y muy agradecida, porque todo ha salido perfecto, según lo planeado. Lo mejor de todo es que, después de esta magnífica experiencia, quizá te resulte extraño: mi sensación es que mis días habituales son tan apasionantes como mis días ”libres”. Es decir, disfruto tanto el día a día, que no me hace falta tomar vacaciones para pasármelo mejor, o divertirme más. EN realidad, me pasa siempre: para mí un día de fin de semana es tan divertido como un día de diario. La única diferencia, si te soy sincera, es en relación a la disponibilidad de las demás personas, pues en fin de semana normalmente hay más gente con las que es posible hacer planes que entre semana.
Dirás que estoy loca, que cómo es posible eso o que si no trabajo. Lo cierto es que lo que hago me apasiona, y por tanto, me encanta dedicarle cualquier día de la semana, independientemente de si es fin de semana o si es un día de diario. ¿Y cómo he llegado hasta aquí? A continuación te doy algunas claves que han marcado mi evolución, por si te sirven de ayuda. La realidad es que me ha costado años llegar a ello, e insistiendo con persistencia y disciplina, todo se consigue, y ahora solo me queda agradecer que esta oportunidad se me ha presentado.
- Plantéate si lo que haces ahora te apasiona tanto como al principio. Las personas evolucionamos, y es posible que aquello que antes te encantaba, ahora haya perdido parte o todo su atractivo. En mi caso ocurrió así, y por eso empecé a formarme y a prepararme en aquellas áreas que habían despertado mi interés.
- Detecta cuál es tu pasión. Todos nacemos con unos dones y talentos, en los que destacamos, y con los que disfrutamos con mucha facilidad. A veces no son tan claros, y por ello mirar a lo que hacíamos en la infancia, de manera espontánea, a cómo disfrutábamos, ayuda. Además, observar lo que hacemos en nuestros ratos libres, con tendencia natural, sin intención de recibir nada a cambio, sólo por disfrutar, nos da una idea. También, acudir a un experto, nos puede orientar a encontrarlo más rápido. A mí me ayudaron, y por eso yo ayudo ahora a personas a hacerlo.
- Organiza tu agenda para empezar a dedicar tiempo a aquello que te apasiona. Créeme: es una obligación para tu bienestar encontrar momentos cada día, por muy cortos que sean, para conectar con esta faceta tuya que te carga las pilas, con la que disfrutas, y que te hace feliz. Impide que la rutina, o las obligaciones, te quiten de estos momentos, pues si lo haces, tu bienestar a largo plazo, se va a resentir.
- Si has encontrado tu pasión, verás, que cada vez te “tira más” dedicar energía a ello. De esta manera, si te dejas llevar, naturalmente te empezarás a convertir en un experto en la materia. Entonces, ahora entra en juego la autodisciplina y la persistencia (lo cuál será fácil, pues se trata de sacar tiempo para esto que te encanta), para seguir profundizando en la materia, e incluso, empezar a ofrecer estos servicios a las personas a cambio de una recompensa económica.
- Una vez llegados a este punto, conviene empezar a plantear la posibilidad de que tu actividad se convierta en una actividad empresarial. Todo está inventado, por lo que la forma de conseguir resultados más rápidamente aquí, es contactar con un experto, alguien que lo haya hecho antes, o haya ayudado a muchas personas a hacerlo.
Ten en cuenta que cuanto más avances en el camino, irán surgiendo resistencias, tanto de los demás, que no dan crédito a lo que haces y lo cuestionarán, como tuyas propias, pues lo habitual pesará más que la incertidumbre. En estos momentos, piensa que lo desconocido, con el tiempo y con dedicación, se vuelve conocido, y que al enfrentarte a ello, es cuando de verdad disfrutas de la aventura de la vida.
Y por último, invitarte a empezar el camino, pues aunque no llegues a terminarlo, las recompensas por vivir cualquiera de los pasos mencionados arriba son tan grandes, que lo merece y mucho intentarlo. Incluso quizás te encuentres un momento en el que estés cómodo trabajando y viviendo de tu trabajo habitual, pero compaginándolo con una dedicación importante de esta nueva actividad. ¿Te animas?
Mientras, te deseo un muy feliz y eficiente día.
Patricia Cañada
Sobre la autora:
Patricia Cañada, creadora del Instituto para la Alta Eficiencia, te enseña técnicas para conseguir resultados en tu vida más allá de lo considerado estándar, tanto a nivel personal como profesional, mientras vives con alegría, confianza, y seguridad, como resultado de vivir cada día siendo tu mejor versión.