Si te falla la disciplina últimamente, ¡te doy la bienvenida! Estás en el lugar correcto. Hoy te voy a dar 3 claves para que provoques los cambios que acaben para siempre con tu falta de disciplina.
Este capítulo es apasionante para mí. Porque es una habilidad que desarrollé desde muy pequeña. Tanto, que me permitió llegar al último año de la carrera profesional de piano con solo 17 años. Y por suerte lo he seguido manteniendo y mejorando hasta hoy.
Así que he estudiado lo que dicen y practican los “grandes” y coincide con lo que me enseñaron a mí mis maestros en mi infancia. Los mejores ejemplos los he encontrado con muchos de mis clientes, los que han conseguido resultados espectaculares y han batido récords (esto es literal).
Está comprobado que la maestría en cualquier ámbito requiere de mucha práctica disciplinada. Esto te lo dirá tanto cualquier empresario, como cualquier doctor o científico o deportista de élite que haya logrado algún éxito relevante.
Lo que pasa es que aquellos que desde fuera reconocen los éxitos, o la punta del iceberg, no se dan cuenta de todo ese otro trabajo que hay detrás, que es infinitamente mayor. Obvian los largos aprendizajes, con muchos intentos fallidos y multitud de errores, a veces garrafales.
Y ese trabajo tan grande, requiere de una meticulosidad a la hora de fijar la disciplina.
La disciplina va ligada a la productividad y he de confesarte que ninguna de ellas son tácticas ni estrategias que se aprenden y ya. Tanto la disciplina como la productividad requieren de UN CAMBIO DE MENTALIDAD (como ves, siempre está la mente de por medio…¡me encanta!).
Para que te conviertas en alguien más disciplinado han de ocurrir varias cosas (¡sí, se trata de convertirse en alguien distinto!)
En primer lugar, ten claro qué es lo que quieres, CUÁL ES TU MISIÓN. Es crucial saber qué es lo que tu corazón quiere, algo que sea más grande que tú mismo y probablemente que ese proyecto que estás empeñado en sacar adelante.
Cuál es tu por qué
¿Para qué estás aquí, para quién? ¿Qué es lo que buscas en última instancia? ¿Qué es aquello por lo que sentirás satisfacción cuando acabes? ¿Aquello que deseas haber realizado el día que te vayas de este mundo?
Porque ante las dificultades, si esa misión no es lo suficiente poderosa, cualquier acontecimiento va a parecerte más interesante, apetecible o cómodo. Si no tienes algo que tira de ti en los momentos difíciles, no vas a encontrar ningún aliciente para sacrificar ese placer inmediato por un beneficio futuro. Y entonces, tu proyecto correrá riesgos.
Así que si ahora mismo no tienes claro este punto, te recomiendo que te enfoques en encontrarlo, porque es básico que esa misión sea la que te mueva.
Piensa en grande
En segundo lugar, CREA EXPECTATIVAS. Porque te permiten pensar en grande, crecer y mejorar. Al mismo tiempo, permiten sentir la excitación y la ilusión desde el primer momento en que piensas en ello.
Desde ese estado es más fácil tomar acción, arrancar y mantener la inercia necesaria para crear el hábito y consolidarlo a lo largo del tiempo. Y al mismo tiempo, te conviertes en una antena que atrae más situaciones como las que estás buscando.
Cambia tu autoimagen
En tercer lugar, ADAPTA TU IDENTIDAD. Esto quiere decir que empieces a verte como alguien disciplinado, que se identifica con las personas que ya lo son y que están logrando lo que tú quieres lograr.
Alguien que hace lo que estas personas hacen, que tiene los mismos hábitos, que lee los mismos libros y periódicos, que está afectado por un determinado grupo de influencia…
Como te decía, la disciplina requiere de una MENTALIDAD DETERMINADA, de una forma de asignar prioridades, de entender los proyectos determinada.
Por ejemplo, cuando estaba estudiando para la carrera profesional de piano, un grupo de compañeros apasionados por la música, hacíamos un concierto en público todos los años. Para ello teníamos que seguir unas prácticas y unos ensayos específicos que programábamos todos juntos. Hacíamos el camino a la vez y compartíamos mucho tiempo.
Para que esto funcionara, era necesario que en las mentes de todos estuviera grabado el dar un gran concierto en nuestra ciudad. Ese era el paso previo para luego dar conciertos por España y después por el mundo, lo cual eran expectativas ambiciosas.
Teníamos una misión muy clara y desde el principio nos conectábamos con ella y la sentíamos como algo que estaba ya ocurriendo.
De hecho, algunos de mis compañeros de entonces han grabado discos y se dedican profesionalmente a la música, lo que me hace muy feliz al ver cómo su sueño llegó a ser realidad, (mirar aquí a María Orejana, una virtuosa que apuntaba maneras).
Y después des todos estos tips ligados a tu mentalidad, te voy a dar un tip táctico:
Programa bloques de tiempo
y ajústate escrupulosamente a ellos. Eso significa que antes de ponerte a trabajar, en tu agenda han de estar marcados los momentos que vas a dedicar para ese proyecto. Hazlo con antelación. Mínimo, para una semana.
Y antes de sentarte cada día, revisa esos bloques de tiempo y tenlos en mente. De hecho, te recomiendo que los revises la noche de antes, para que así cuando los mires por la mañana, sea solo recordar lo que ya habías planificado y visto con antelación.
A la hora de hacerlo no seas demasiado optimista, pensando que siempre vas a rendir al máximo. Conviene que te dejes algún margen a lo largo del día, para que quepa algún tiempo para gestionar imprevistos.
Disciplina es libertad
Como ves, la disciplina no es solo cuestión de “hacer listas de tareas”. Requiere de parar y pensar y mucho, con un criterio específico.
Ojalá que te sirvan estos tips y los pongas en marcha cuanto antes. Me encantaría que me contaras cómo lo llevas, ¿vale?
Un abrazo y muchas gracias por estar aquí.