Como sabrás, la fuerza de voluntad es una habilidad mental, que se desarrolla con la práctica. En los entornos educativos y de entrenamiento donde hay disciplina, es más fácil instaurarla; por ejemplo, los deportistas profesionales, o las instituciones de prestigio que se ven presionadas por un ránking, suelen ser muy exigentes en este aspecto. En mi caso, más de 10 años de estudios profesionales de música, y una Universidad que si no cumplías te echaba fuera, hizo que este músculo estuviera muy entrenado durante un largo periodo de tiempo.
Lo que también he experimentado y luego he estudiado, es que no es recomendable fiarse exclusivamente de la fuerza de voluntad. Porque para que esta esté a pleno rendimiento, es necesario que haya un mínimo nivel energético, que se consigue con un buen estado de salud, y de presencia. Por eso mismo, una persona que desarrolla esta capacidad, si por cualquier circunstancia flaquea en alguno de estos elementos, automáticamente la fuerza de voluntad hará lo mismo.
Hay algunas teorías que dicen que la fuerza de voluntad se debilita con la toma de decisiones. Una buena referencia es el libro de Roy Baumeister sobre el tema. En lo que yo he visto con mis clientes y en mí misma, y también he estudiado, no es del todo cierto. Lo que sí que ocurre es que de nuevo, cuando el nivel energético se reduce, y hay cansancio o enfermedad, como es lógico, la calidad de las decisiones también se reducen, al igual que la calidad de cualquier acción que tomemos en esas circunstancias.
Cuando más nos hace falta la fuerza de voluntad es cuando estamos buscando hacer cambios, e introducir nuevos hábitos: como dejar de fumar, empezar a hacer ejercicio, cortar con el azúcar, escribir X páginas al día, etc.
Por eso te voy a dar una serie de trucos para que, al mismo tiempo que empiezas a desarrollarla, esta se mantenga de manera consistente en el largo plazo.
Preparación antes de la acción.
No te fíes de tu fuerza de voluntad. Ni aunque lleves muchos años desarrollándola. Porque en cuanto bajes la guardia, y tu nivel energético se vea afectado, va a salir el saboteador que está dentro y te va a poner la tentación delante de tus narices para que caigas en ella.
Por eso, elimina del entorno lo que te pueda perjudicar, las distracciones y las tentaciones, e introduce cerca lo que te va a ayudar a conseguirlo. Si estás intentando dejar el dulce, no lo compres. Y si en tu casa alguien lo compra, pídele respeto, y que no te lo diga, ni te lo deje a la vista. Si estás intentando empezar a salir a correr pronto por las mañanas, pon el despertador antes, en un sitio donde puede molestar a otros, para que salgas corriendo de la cama antes que nadie, y deja ahí preparada la ropa de deporte.
Nos mueve la huída del dolor o la búsqueda del placer.
Hay dos maneras de provocar cambios. La primera, no se la deseo a nadie, y consiste en que haya un impacto emocional tan grande, que automáticamente se instaure un nuevo hábito. Estos choques emocionales suelen ser traumáticos, como por ejemplo un accidente grave, la pérdida de un ser querido, u otra pérdida muy dolorosa. Como te decía, no es la manera deseable de cambiar, así que toma nota de la segunda manera, que es algo más llevadera.
En esta segunda variante, el primer requisito, para provocar un cambio, es que ha de haber un deseo muy grande de conectar con esa nueva visión de uno mismo. Esa nueva situación nos ha de inspirar, y nos ha de poner en marcha. Es algo que nos mueve, tira de nosotros y nos inspira a conseguir un sueño, buscar un placer, un porqué, que a mayor el desafío, mas poderoso ha de ser. Esa forma de ser, nos traerá una identidad nueva, y hemos de ser conscientes y estar completamente convencidos de que realmente queremos convertirnos en esa nueva versión.
Si llevamos 20 años haciendo las cosas de una determinada manera, (por ejemplo fumando o sin hacer ni gota de deporte) ha de haber algo muy grande para empezar a hacer lo contrario. Y ese “algo” en la actualidad sólo está en nuestra imaginación. Con un correcto uso de la imaginación, puedes engañar a tu mente: nuestro cerebro no es capaz de distinguir si eso que estás soñando es real o imaginario, y te va ayudar a sentir ya, ahora mismo, los beneficios de esa nueva situación. Y es que es fundamental que busquemos y empecemos a sentir “ya” algún beneficio del nuevo estado, desde el primer momento, para que el cambio sea más fácil.
Por ello, hay que encontrar algún sustituto a los beneficios que el antiguo hábito nos proporcionaba. La cuestión es que, si llevábamos 20 años haciendo lo mismo, es obvio que había una satisfacción en ello. ¿Qué gano cuando fumo, o cuando me «trago» 6 horas de películas seguidas? ¿Es reconocimiento social? ¿Es que me libera del estrés? Por lo tanto, hay que buscar la manera de que este nuevo hábito, nos proporcione esos mismos beneficios, y para ello hay que buscar dentro de uno mismo.
Esa nueva versión a la que vamos a llegar tras el cambio, es una inspiración que ahora nos supera y que nos anima a salir de la “zona de confort”. Por definición, este movimiento va a ser muy incómodo. Así que, otra manera de ganar fuerza es huyendo del dolor, y pensando ¿qué voy a tener que enfrentar si sigo de esta manera? O ¿cómo me sentiré dentro de un tiempo si sigo así y qué es lo que me voy a perder? Es muy importante que el comportamiento antiguo tenga consecuencias dolorosas, y que carecer de lo nuevo también suponga algo terrible, y por el contrario, que la nueva situación esté asociada al placer.

Anticiparse al fallo y planificar estrategias para cuando esté el problema.
Esto no es nada nuevo, y se aplica en las empresas, en el desarrollo de productos y procesos. Por eso mismo, es posible extrapolarlo al ámbito humano. Como te decía, no se puede confiar al 100% en la fuerza de voluntad, y por eso mismo, es muy importante que en esta etapa de planificación del cambio, prepares soluciones para cuando ésta flaquea. Busca soluciones, para cuando consciente o inconscientemente, se te presente la oportunidad de fallar en tus objetivos: ¿qué vas a hacer cuando estés en tu dieta de azúcar y te inviten a una cena de gala? ¿O cuando te toque hacer un viaje y no puedas ir al gimnasio después de trabajar?
Piensa en posibles situaciones, y planifica la respuesta que vas a darlas. En este sentido, piensa en la situación límite, la última solución para cuando estás a punto de caer en la tentación; prepara para este momento una interrupción brusca del comportamiento, haciendo algo escandaloso, como por ejemplo, ponernos a gritar en voz alta una frase que a nosotros mismos nos saque de nuestras casillas. O empezando a hacer flexiones, o a salir corriendo de la zona donde esté la tentación, e incluso tirar a la basura ese pastel tan apetecible.
Celebra continuamente tus logros.
Aquí, trátate como tratarías a un niño, con la ternura que se merece cuando está aprendiendo, y date premios constantemente. ¡Eso sí!. Esos premios no han de ir en contra del nuevo objetivo buscado (como me decía una clienta, no vale una onza de chocolate cuando estás intentando dejar el dulce). Además, de vez en cuando, pásate con el premio, que sea más grande de lo esperado, espera a las oportunidades que se presentan, y aunque parezca demasiado, concédetelo como recompensa por hacer bien las tareas. Te aseguro que este tipo de premios, te ayudará a querer más de eso nuevo que estás introduciendo
Qué, ¿vas a prepararte para condicionar tu fuerza de voluntad y así afrontar más fácilmente los cambios? El cambio es necesario si quieres evolucionar como persona y como profesional, y ganar más bienestar, por lo que te animo que empieces ya a practicar, estas estrategias y me digas qué tal te van. ¿Aceptas el reto?
Habrás notado que en este artículo, no hay anuncios, ni patrocinadores, solo un mensaje positivo para mejorar tu día. ¿Cómo lo hago? Porque hay otros muchos blogs que tienen banners de otros sitios web que están promocionando. Yo elijo centrarme en ti en este artículo y mi objetivo es que el mensaje te llegue bien, sin distracciones. Esto, sólo puedo hacer esto porque tú compartes este post con otras personas y al final otras personas personas terminan buscándome on-line y comprando mis cursos, y contratando mis servicios. Y eso es lo que financia este esfuerzo de preparar este material, grabarlo, y subirlo a la red.
Por eso aprecio enormemente que si has leido este post y te gusta, me ayudes a compartirlo . Además, estoy segura de que gracias a ti, también va a ayudar a mucha más gente. Espero volver a hablar contigo pronto. Mientras, te deseo que pases un muy feliz día, con mucha alegría y dando sentido a todo lo que haces. Un abrazo grande