Después de haber estado 25 días fuera de casa y con el chip cambiado por completo, he experimentado muchas ventajas de esta experiencia. NO es nada nuevo, ya que de ello hablaban hasta en la Biblia: “ y el séptimo día descansó”.
Es una tendencia por suerte más practicada y hasta se está convirtiendo en una manera con la que cada vez más grandes empresas premian a algunos empleados que demuestran grandes logros. Me refiero a largos periodos de vacaciones, sin ningún tipo de conexión con el trabajo.
La razón es que se ha demostrado científicamente que esto beneficia tu rendimiento profesional, como puedes ver en este estudio del que te dejo enlace.
Para mí, que desde los 18 años me pasé años seguidos sin descanso y apenas sin vacaciones, se convirtió en algo habitual cuando empecé a trabajar por cuenta ajena en una multinacional, en la que este tipo de pausas estaban bien vistas y las respetaban.
Al principio, después de tanto tiempo seguido de trabajo sin parar, resultaba algo chocante, impropio e incluso parecía que estaba “en paro” y me sentía incómoda; me sentía mal y hasta culpable por no trabajar.
Y tú, ¿has sentido alguna vez esa sensación al irte de vacaciones? No sólo me pasaba a mí: también les ha pasado a algunos de mis mejores clientes.
Pero enseguida me acostumbré y me di cuenta de los beneficios de esta práctica que he intentado mantener, a pesar de que en muchas ocasiones chocaba con la estructura, con la creencia y la forma de pensar de personas con las que estaba colaborando.
A continuación te voy a contar algunas de las innumerables ventajas:
En primer lugar, te desconecta del HACER, que es nuestra tendencia natural, llegando muchas veces a identificarnos con nuestras ACTIVIDADES e incluso con NUESTROS RESULTADOS. Esto es MUY PELIGROSO, porque corres el riesgo de identificarte tanto con tu negocio, con tu trabajo o con tu empresa, que si ésta entra en crisis, automáticamente tú también entras en crisis. Y hasta posible que llegues a sentir que si “ se muere”, tú también te mueres.
Esto que te cuento me ocurrió a mí: cuando estaba dirigiendo una empresa inmobiliaria en el año 2006, a medida que iba entrando la famosa “crisis”, la empresa se iba resintiendo y eso me llegó a afectar tanto personalmente, que yo entré en una profunda crisis personal.
Destapa lo mejor de ti
Cuando te tomas un sabático, dejas de HACER y te centras en el SER, en el sentir y en el dejarte llevar y fluir con el día a día.
Estos momentos sabáticos, te conectan con lo que realmente eres. Porque eres mucho más que lo que haces, que lo tienes o lo que consigues. Permiten un espacio para que experimentes nuevas sensaciones, que te aseguro que es una enorme bocanada de aire fresco que te renueva en las peores situaciones.
En estas ocasiones, es mucho más fácil conectarte con tu propósito, algo que parece imposible en el día a día y te ayuda a replantearte si vas por el camino correcto.
Incluso te puede ayudar a realizar cambios críticos en tu vida, que hasta puede ser abandonar tu trabajo actual. Y créeme que para tu empleador, si trabajas por cuenta ajena, que tomes ese tipo de decisiones es una ventaja para él, pues vas a crear la oportunidad de que encuentren a otra persona más entregada, más apasionada por su trabajo, que de verdad esté en SU LUGAR ocupando tu puesto; ya que si no era para ti, más tarde o más temprano tú acabarías dejándolo, o quién sabe: con una larga baja laboral (esto también lo he visto).
Activa tu creatividad
En épocas sabáticas, TOMAS PERSPECTIVA y te resulta más FÁCIL INSPIRARTE Y TENER GRANDES IDEAS. Al salir de la rutina y dejarte influenciar por nuevos ambientes, personas, culturas o actividades, o incluso por los preciosos paisajes de la naturaleza (“Pachamama” como dicen en Perú) recibes un torbellino de ideas, ganas en CLARIDAD y renuevas o confirmas tu pensamiento.
Esto es algo que he acabo de experimentar yo estando en Perú. El choque cultural ha sido tan grande y ha sido tal nivel de desconexión, que vengo completamente renovada, con la mente limpia y con ganas de llevar a la práctica toda la inspiración que he recibido de estos entornos tan distintos. Y por cierto: ¡si me sigues, lo notarás en breve!
Además, te ayuda también a plantearte y DARTE CUENTA DE LO QUE HAS DE INTRODUCIR DE NUEVO A TU VIDA.
En mi caso, hemos hecho algo que es habitual para nosotros: trekking; lo que pasa es que las condiciones del país de altitud de un mínimo de 3500 metros sobre el nivel del mar en ciertas regiones, ha convertido unas aparentemente inofensivas excursiones en un “trekking extremo”. Llegamos a acompañar a algún compañero a una visita de urgencias a un centro médico, porque lo que parecía sencillo, realmente desentrañaba un riesgo para su salud.
Después de eso y de experimentar unas terribles agujetas así como gran exigencia cardiovascular en todas las “excursiones”, he decidido incorporar desde ya como rutina ejercicio intenso cardiovascular y de fuerza, más exigente de lo que venía practicando hasta ahora.
Ver el nivel físico de muchas personas con las que he coincidido, que se habían preparado a conciencia y el de alguno que casi fallece (literal), me animan a tomar esta determinación que estoy segura de que me va a beneficiar ayudándome a ganar energía.
Otra ventaja es que estableces relaciones con personas «distintas», con actividades profesionales muy diversas, que atienden a su propósito y viven su pasión, o simplemente que está celebrando un tremendo éxito. Desde luego esto último es tan enriquecedor, que solo por ello ya lo vale.
Desata tu confianza
Otro motivo de peso, es que te conectas con la parte aventurera que todos llevamos dentro y alimentas tu pasión por la vida, por aprender y la confianza interna en que eres capaz de enfrentarte a cualquier tipo de situaciones. Vuelves a sentirte un niño, con ganas de jugar, de experimentar sin miedo y te conecta con la alegría y la diversión.
Y ahora sí, después de este largo listado de ventajas, me gustaría que te animaras a preparar uno. Y, ¿cómo planificar un sabático?
Aunque lo parezca, no tiene por qué resultar un gran desembolso económico. Si lo haces en detalle y con antelación, vas a encontrar opciones muy asequibles. Si además esto incluye viajar a un país donde el coste de la vida sea más bajo, hasta te puede suponer algo tan barato como vivir en tu lugar habitual.
Por ejemplo, una de las excursiones que hicimos, supuso un coste de 52 euros por persona en dos días (26 euros al día), todo incluido: el transporte, las visitas turísticas con entrada en los monumentos, el alojamiento y pensión completa, con 3 comidas diarias.
En segundo lugar, hace falta convencer a las personas de tu alrededor de las que dependes o dependen de ti. Tomarse un sabático no está muy bien visto en todos los ambientes y para influenciarles hay que enseñarles a pensar de otra manera. Una buena preparación de un expositivo de razones que puedes sacar de este post, además de explicar como vas a dejar todo muy bien atado para que tu ausencia no les afecte, te puede ayudar a ello.
Y por último, lo más importante, tomar la decisión y marcar la fecha en el calendario, avisando a algunas personas de que eso va a ser así, para que te cueste el ridículo dar marcha atrás. Ese será el disparador para empezar a planificar con detalle y con antelación. Cuanto más lo hagas, mejor.
Y aquí también te hablo por experiencia: en mi caso nos hubiéramos ahorrado algún que otro quebradero de cabeza y hubiéramos ganado tiempo si lo hubiéramos preparado un poquito mejor.
¿Qué opinas de los sabáticos? ¿Eres de los que te sientes mal si no estás trabajando? ¿Ves ventajas en empezar a USARLOS?
Espero que te animes. Un abrazo enorme