Todos nosotros experimentamos el rechazo en muchas ocasiones: cuando estamos buscando trabajo, cuando nos gusta una persona e intentamos una cita, cuando vamos al banco a pedir un préstamo, cuando presentamos una oferta a un cliente… Digamos que el rechazo es algo habitual.
Para mí, fue algo que me frenó muchísimo durante mucho tiempo en mi vida. Sentía miedo por el rechazo, y cuando investigué un poco entendí, que era algo que psicológicamente estaba muy estudiado. Se gesta en la infancia, mientras nuestros mayores nos educan. En esos momentos interpretamos que si no hacíamos lo que ellos nos pedían, lo que a ellos les gustaba, nos iban a dejar de querer.
En la edad adulta, eso se traduce en que nos preocupamos mucho por las opiniones de otras personas, y les damos demasiada importancia. En el trabajo también se manifiesta como una tendencia a trabajar cada vez más duro, a conseguir cada vez más, para satisfacer a nuestro jefe o nuestro superior, que de alguna manera, se ha convertido en una “subrogación de nuestros padres”.
La cura a este miedo es el amor hacia uno mismo. Se desarrolla cuando la autoestima está fuerte, y cuando empezamos a fomentar actitudes valientes.
Por eso, la primera solución rápida que hay que hacer es
cambiar el sentido que le damos al rechazo
Como decía Tony Robbins, es el significado que le damos a las cosas lo que nos hace daño o nos ayuda. Un no, no es un rechazo a tu persona; es simplemente que ahora la otra persona no está interesada o no va con sus prioridades.
Si simplemente el «No» de una persona te hace sentir mal, te frena, estás poniendo tu destino en manos de ella. Estás renunciando a tus sueños porque esa persona hoy te haya dicho NO. Quizá sea que hoy ha tenido un mal día, o está pasando un mal momento, o simplemente su trabajo no se lo permite.
Un «no» significa «todavía no»
Es decir, que ahora no es el mejor momento para hacer esta propuesta que acabas de hacer. Además, es que a ti que has hecho la petición, ¡no te ha cambiado nada al recibir esta respuesta! Antes de preguntar, ya tenías el NO, y ahora estás exactamente igual. En realidad, sí que has ganado algo: eres un poco más valiente, por atreverte a preguntarlo, y exponerte a que te dijeran NO.
Además, has ganado la oportunidad de dar el siguiente paso, que es preguntar lo siguiente: ¿y qué he de hacer para que me digas un «sí»?
¡Fíjate qué valiosa es esta pregunta! Si consigues que te la respondan, te están dando un feedback increíble. Te van a dar indicaciones para mejorar y para ser más efectivo en el futuro! A mí me encanta que me den feedback de todo lo que hago, pues así voy mejorando cada día.
Es algo que aprendí en la universidad: todos los sistemas automáticos, están preparados para recibir feedbacks y seguir ajustando su funcionamiento; los traductores de idiomas online, los robots electrodomésticos de cocina, los coches automáticos…..absolutamente todos los inventos modernos que nos facilitan la vida, llevan instalado este sistema. Así que, no nos queda más remedio, que “instalar” el nuestro para todo lo que hacemos y no sale como esperamos.

Por eso, cuando recibes un NO, el siguiente paso es
seguir adelante y no parar
Quizá le puedas preguntar a la misma persona lo mismo, un tiempo después. O a lo mejor, en función del feedback que has recibido, decides preguntar a otro tipo de personas. Aquí la clave es la PERSISTENCIA. Porque hay 7 billones de personas en el mundo, y entre ellas, seguro que hay muchísimas que están deseando darte un «Sí». Se trata de dar con ellas.
En la historia hay muchos ejemplos de personas que recibieron «no» rotundos, y siguieron adelante:
-Silvester Stallone, estuvo promoviendo su guión de «Rocky», cientos de veces entre distintos productories cinematográficos. Recibió más de 100 respuestas negativas, y por suerte hubo alguno que le dijo «sí». Por eso hoy todos hemos disfrutado hace muchos años de la famosa película de Rocky, que por cierto, cuando la vi, me encantó.
-El mismísimo Steve Jobs, creador de Apple, fue rechazado por la misma empresa que él fundó. Y en vez de deprimirse y parar, siguió adelante. Años después, volvió, comprando la empresa, y convirtiéndola en una de las mejores y más grandes empresas a nivel mundial. El rechazo del principio, no acabó con sus sueños, y gracias a eso, revolucionó el mundo de la telefonía, y el de la manera de escuchar múscia. Hoy todos tenemos un «smartphone» que ha supuesto una revolución a nivel mundial.
¿Qué me dices? ¿Qué es lo que tú piensas y cuál ha sido tu experiencia? Estoy deseando que me des feedback. Incluso si no te ha gustado este artículo, agradecería tus comentarios, ya que ¡la actitud de sacar ventanas al rechazo y seguir persisitiendo, es un requisito para perseguir nuestros sueños!