¿Te has encontrado alguna vez con que te gustaría dejar un trabajo, una carrera, o una empresa, y te cuesta muchísimo tomar la decisión? ¿O incluso cerrar tu propio negocio? ¿Dejar una ciudad, o un país, una relación de pareja o una amistad? ¿O hasta un hobby o una manera de pasar tu tiempo libre? ¿Y no sabes cómo ni cuándo hacerlo?
Todos nos hemos encontrado alguna vez ahí, y a veces cuesta ponerle punto y final. Y es que solemos ser muy flexibles a la hora de aguantar cosas que no nos gustan en absoluto y que nos restan alegría en nuestra vida.
Por eso mismo, es muy importante que sepamos cortar, soltar el equipaje no deseado, para permitir que se vayan los nubarrones y vuelva el sol, y así vivir vidas más plenas.
Saber cuando abandonar nos libera y nos recarga de energía
La cuestión es que hay una creencia generalizada de que lo que termina, tiene consecuencias negativas. Esa es la razón por la que tendemos a evitarlo. Y aunque ya no haya diversión ni compromiso, seguimos ahí, simplemente porque tenemos que estar ahí.
Ya sé que quizá te suene raro, que te lo diga yo, que siempre estoy defendiendo la perseverancia, y la consistencia, como clave para avanzar. Pero es que a veces está bien parar y dejar algo a medias. No continuar con ello, aunque esté inacabado. Los finales tienen una misión, un propósito, y a veces son muy necesarios y muy beneficiosos.
En negocios y en empresas, a veces está bien, cortar con una línea de producción, un servicio, porque ha llegado una nueva tecnología, o quizá porque ya se ha quedado desfasado y no produce beneficio. Incluso que un empleado se vaya, porque para él y para la empresa esa relación ya no es enriquecedora.
Y es que lo bueno nunca vendrá hasta que lo malo finalice.
¿Cuál es el momento para decir hasta aquí? Te voy a dar unas pistas, que yo misma he experimentado y que he leído de algunos expertos:
Revisa tu misión personal
Revisa cuáles son tus objetivos, a corto, medio y largo plazo, y observa si el asunto en cuestión te va acercando a ellos. Pues lo que suele ocurrir es que nuestras metas, nuestra misión, van cambiando a medida que vamos evolucionando, y quizá lo que hasta ahora te era útil, ya no lo hace más.
Es perfectamente humano cambiar de intereses. Yo diría que es lo normal en alguien que va mejorando como persona y como profesional. En este sentido, me gusta lo que dice Arianna Huffington, fundadora del Huffington Post: a veces, la mejor manera de acabar un proyecto es abandonarlo.
Y es que no hay que esperar al momento correcto, o a la señal X para tomar la decisión. A veces la suerte o las señales vienen de fuera, y a algunos les toca la lotería o el negocio maravilloso, o les aparece el caballero de sus sueños que siempre estuvieron esperando, y esa es la señal. Pero como no es lo normal, deja de soñar, observa lo que es objetivo y toma la decisión.
Atiende a tu nivel de entusiasmo en la actualidad
Chequea si esta situación/persona te permite avanzar feliz, con entusiasmo y comprometido cada día. Mira hacia dentro y busca esta sensación.
Si esto ha venido siendo cargante una temporada, quizá es momento de dejarlo. Pues todo lo que no nos recarga de energía, nos descarga; no hay nada que a la larga nos mantenga igual, y esa situación sólo se sostiene un tiempo; si no reaccionamos hasta es posible enfermar. Por eso, es perfecto dejar de hacer aquello que nos drena energía, y buscar de nuevo la emoción, aquello que realmente tiene sentido.
En mi caso, yo me encontré en esta situación, cuando vivía en Madrid. Los grandes atascos y las interminables horas diarias en el coche para ir a trabajar, cada vez me iban pesando más. Así que llegó un momento en que las ventajas y oportunidades profesionales que me aportaba vivir allí, que era lo que me habían llevado a esa ciudad, ya no compensaban todos esos momentos en el coche, la contaminación, el ruido, la escasez de naturaleza, las aglomeraciones de gente siempre corriendo, pues para mí restaban calidad de vida. Así que tomé la decisión, y me cambié de ciudad. Y hoy todavía agradezco el día que abandoné la ciudad que tanto quería por lo bien que me había acogido y en la que viví tantos momentos excelentes durante más de 15 años.
Aprovecha la sabiduría de la experiencia
El pasado es un buen indicador para predecir el comportamiento futuro. Por eso, mira lo que ha ocurrido hasta ahora, y cómo han ido dándose los hechos para estimar posibles consecuencias futuras. Al mismo tiempo, comprueba si eso por lo que estás apostando es de fiar, y te va a permitir comprometerte con ello con todas las garantías.
En este sentido, párate por un momento, y hazte la siguiente pregunta: ¿Me comprometería con este proyecto/persona a largo plazo, con la seguridad de que voy a tener éxito en mis propósitos, o por el contrario, vista la trayectoria es muy posible algo falle? La experiencia te ha dejado datos, e impresiones, y con ello, te será mucho más fácil tomar la decisión.
Una vez que has analizado estos puntos, y ves que la tendencia indica que este asunto está en periodo de gracia, con un posible fin ¿cómo hacerlo y cómo determinar ese fin?
La respuesta es sencilla, y solo requiere dos pasos:
- Pon una fecha tope, y márcala en el calendario. Bloquea tiempo en la agenda para hacer lo que sea necesario ese día. Porque lo que se agenda se hace. No esperes que llegue el momento perfecto. Ese momento es el que tú decidas que sea. Y procura que no se vaya más allá de 6 meses. Pues en 6 meses pueden ocurrir tantas cosas: conseguir nuevos clientes, conocer nuevas personas, desarrollar nuevas habilidades y conocimientos…Es un tiempo más que suficiente para cambiar la mayor parte de las cosas. Y si pones más de 6 meses, te están poniendo excusas.
- Prepárate para el momento en cuestión: el discurso que vas a dar, los números o las razones que vas a presentar. Empieza a recopilar argumentos y escríbelos. Léelos en voz alta, y ve viéndote cómo vas a estar en ese momento, qué es lo que vas a decir.
Recuerda que este día, va a ser en el que comienza tu nueva vida. En el que volverá la alegría, y entusiasmo, y la ligerereza por lo que te acabas de quitar de encima. Te va a permitir incorporar de nuevo la pasión, la emoción, y el compromiso que todos merecemos experimentar cada día. AL igual que hacen las persona altamente eficientes.
Si te ha gustado esta información, compártela en las redes y a tus contactos, para que te lleguen más buenas ondas!. Y si no estás suscrito a mi blog o a mi canal youtube, hazlo ahora, y te enviaré contenido gratis periódicamente que estoy convencida que te va a ayudar en tu camino de ser altamente eficiente y por tanto, vital y energético, en cada momento, en cualquier situación, en cualquier circunstancia. Siempre.
Muchísimas gracias por leer hasta aquí