¿Te has planteado alguna vez que la vida tiene que ser algo más que lo que estás experimentando ahora? Y cuando ves o lees las noticias, te preguntas ¿si existe otra alternativa a tanto dolor y sufrimiento? E incluso cuando tienes excelentes momentos con tu familia o en el trabajo, ¿sientes pena o tristeza cuando estos se acaban, y se te pasa por la cabeza que “a ver cuánto dura lo bueno»? ¿O quizá sientes algo de curiosidad por eso que llaman «mindfulness», que parece que está tan de moda?
Si estas preguntas, alguna de ella te “resuena”, este es tu post.
Porque estamos en una cultura en la que vivimos muy rápido, y apenas registramos momentos felices, salvo cuando hay un evento muy destacado. En la que lo que llama nuestra atención son los titulares de los periódicos, las noticias, lo que los demás nos muestran y nos dicen que es importante.
Y mientras, nos estamos perdiendo la vida en el camino. Se nos olvida que estamos aquí para disfrutar, para divertirnos, para sentirnos plenos, vitales en cada momento; tanto es así que el significado de esta plenitud, esta magia, se nos escapa, y no entendemos que sea posible experimentarla cada día.
Por eso en el artículo de hoy te voy a dar 3 pistas para que en cuanto las reconozcas en ti, actives 3 alarmas automáticamente, que vamos a instalar ahora mismo. El beneficio, va a ser inmediato, para que dejes de una vez por todas, de sobrevivir, y actives la chispa de la plenitud cada día de tu existencia.
En primer lugar, es la falta de enfoque. La mayor parte de la gente, pasa los días sin rumbo, simplemente tachando listas de áreas, pero sin ningún destino concreto. Están en un modo reactivo, sin provocar las emociones, las experiencias, los resultados que realmente desean. No hay objetivos ni intenciones de sentir nada especial, pues pensamos que eso está reservado exclusivamente para el día de la boda, o el día que nació el primer hijo, el día de entrega ese diploma que tanto costó. La diferencia, es que esos días parecen que pasaron a cámara lenta, y hasta hoy, varios años después, es posible recrearlos de nuevo. Por eso, te reto a que te plantes un objetivo de experimentar algo diariamente, y que sea la primera pregunta que te hagas por la mañana, para que al estar fijado e identificado tu foco, te sea fácil conseguirlo.
En segundo lugar es la » anestesia emocional «, por cualquier sentimiento o emoción e incluso cuando son buenos y nos hacen bien. Es decir, hay muchas personas que se han esforzado tanto por rechazar las emociones «negativas», que se han puesto semejante armadura, que tampoco dejan pasar las emociones que les ayudan. Y entonces, no sienten ninguna conexión, ni relación con los hechos diarios, ni siquiera con los ÉXITOS. No se dan la oportunidad de sentirse orgullosos o plenos por haber hecho algo difícil.
Porque cuando empieces a sentir emociones, aunque sean incómodas, empezarás a experimentar más situaciones incómodas, y por tanto irás desarrollando la habilidad de detectar lo que deseas para ti y lo que no, y tomando conciencia sobre cómo atraer más de eso que te gusta, y dejar de lado todo aquello que no. En este sentido, te voy a poner un reto, y es que empieces diariamente tu diario de gratitud, y escribas por la noche, al menos 3 cosas por las que hoy te sientes agradecido. Está demostrado científicamente que en el momento en el que empiecesa hacerlo, vas a aumentar tu grado de felicidad diaria. Porque con ello, estás empezando a poner atención en aquello que te trae una emoción que te ayuda, que te gusta y te hace sentir bien. Y de esa manera, estás desarrollando la capacidad de enfoque y empezando a identificar las emociones que buscamos para nosotros.
En tercer lugar, nos sentimos » desconectados » de nosotros mismos. Esto significa que no hemos desarrollado un sentido de la identidad propio, y no sabemos qué celebrar, qué comportamiento va con nosotros, cómo sentirnos apasionados. Aquí hay una tarea muy bonita, para averiguar quién somos realmente, qué es lo que nos mueve, y no sólo en nuestra mente, sino en nuestra forma de actuar, en la relación conmigo mismo y con los demás. Porque quizá la persona que quiero ser necesita hacer un cambio en su carrera profesional, o en el carácter, o en su programación mental.
Se trata de reconocer cuál es ese «YO REAL» que deseo llegar a ser, para mostrarlo al mundo, mostrarlo a los demás. Por eso es el momento de tomar la responsabilidad sobre lo que pienso, lo que siento, lo que hago y lo que me gustaría llegar a ser, y no dejar que sea el azar el que lo determine. Que sea tu «yo real» el que empiece a mostrarse cada día.
Aquí está mi ejemplo personal: cuando yo me di cuenta de lo que me apasioanaba hacer cada día, el tipo de lecturas que cada vez ocupaban más mi semana, el tipo de personas con las que me gustaba relacionarme, no me quedó más remedio que cambiar de profesión. La antigua profesión no me proveía de nada de aquello que me hiciera vibrar, y por eso aquí me tienes hoy hablándote de esto, en vez de la “eficiencia de una bomba de calor geotérmica” (sí, ya se, una palabreja técnica sin la cual es posible vivir muy bien).
Y por último y no por eso menos importante, nos distraemos. Porque hemos perdido la habilidad de seleccionar lo que nos interesa, y dejamos que muititud de estímulos externos nos dirijan cada día: el teléfono, el e-mail, las noticias, el cotilleo generalizado que hay ese día en la oficina o entre el grupo de amigos. Y si nos distraemos y damos atención a algo que no nos aporta; estamos perdiendo el día, la energía; y lo que es peor, estamos dejando de lado tiempo para provocar esos momentos que son realmente importantes.
Por todo ello, me gustaría que te tomaras un momento ahora, y pensaras qué puntuación te das del 1 al 10 en cada uno de estos aspectos, siendo un 0, cuando no los cumples en absoluto, y un 10 cuando los estás cumpliendo todos. El 10, es sinónimo de vivir una vida plena, vibrante, enérgica, motivada e inspiradora. Te va a traer alegría, y una fuerza que va a surgir de dentro que te va a impulsar a cumplir cualquiera de tus sueños:una vida vivida desde experimentar cada segundo intensamente, estando realmente presente y apreciando de verdad todo lo que ocurre.
Y la única manera de mejorarlo, es midiéndolo. Esto no es nada nuevo: ya lo decían hacemás de 50 años Dale Carnegie o Peter Drucker. Y también lo comprobé yo como ingeniera durante más de 20 años, que la única manera de arreglar algo, o llevarlo al máximo nivel, era medir en qué nivel estábamos para entonces tomar decisiones de cómo hacerlo.
Una vez hecho este último ejercicio, me gustaría que me dijeras qué puntuación has conseguido. Porque las personas altamente eficientes, son muy conscientes de la importancia de vivir conscientemente y enfocarse en estar presentes cada día. Es un requisito.
¿Te atreves? Si es así, ¡bienvenido a la alta eficiencia! ¡Estoy deseando que me cuentes!
Si te ha gustado este artículo, te gradecería mucho que lo compartieras en tus redes sociales, o enviaras el enlace a aquéllas personas a las que creas que les puede resultar útil. Cuantas más personas seamos las que practicamos la alta eficiencia, y cuantas más de ellas haya a tu alrededor, más te va a beneficiar a ti y a tu entorno. ¡Recuerda que cuanto más das, más recibes!
¡Un abrazo grande y hasta pronto!
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