Tenemos proyectos constantemente en todas nuestras áreas vitales: no solo en el trabajo, también en nuestra vida personal, ya que quizá quieras cambiar de casa, planificar el viaje de tu vida, o celebrar esa fiesta sorpresa de aniversario.
Este artículo tiene dos partes diferenciadas: porque una cosa es conseguir terminar el proyecto y otra muy distinta es hacerlo con excelencia. Y es que muchas veces la verdadera dificultad está en conseguir terminar el proyecto.
Todo empieza en el porqué
En este caso, la pregunta que te tienes que hacer es cuál es la razón por la que te has metido en él. Si lo has hecho porque tienes verdadero interés en sacarlo adelante o por el contrario, era algo que había que hacer, a lo que te has sentido obligado porque alguien te ha impuesto o te ha pedido.
Si este último es el motivo, está claro que ahí no va haber ningún tipo de pasión ni entrega y por eso te cuesta tanto terminarlo en el tiempo y con la calidad que se merece. Estamos acostumbrados a hacer tantas cosas y a tanta velocidad, que raramente nos paramos a pensar. Y cuando no nos sale como esperamos, entonces es cuando vienen las preguntas y ya estamos en medio del oceáno, sin combustible, ni energía para seguir hacia ningún lado y nos toca remar y sacar las fuerzas de donde no las hay.
Y encima hasta te puedes sentir culpable porque no lo estás haciendo todo lo bien que te gustaría. En este caso, quizá no te quede más remedio que seguir; lo importante es que aprendas para la próxima y antes de aceptar involucrarte en un nuevo proyecto, pensar si realmente eso te va a llenar, vas a ser capaz de entregarte en cuerpo y alma si lo requiere y vas a terminarlo con toda la pasión y la calidad que requiere.
Otra posibilidad es que estés apasionado por el proyecto, pero lo ves tan grande que en él solo hay ciertos aspectos que a ti te gustaría hacer. Y que no quieres la responsabilidad de sutotalidad. En ese caso, sé sincero contigo mismo y piensa cuál es la manera ideal, porque no tienes la necesidad de cargar con todo el asunto y te interesa encontrar a alguien que esté encantando de acompañarte y que disfrute de lo que a ti no te guste hacer. Entonces haréis un tándem perfecto, en el que os complementareis y en conjunto llevéis a ese apasionante proyecto hasta su terminación con la máxima calidad.
Mantener el fin en mente en todo momento es clave
Otra razón por la que quizá no consigas terminarlo, es porque no tienes claro cuál es el resultado buscado. Es imprescindible saber de antemano el impacto que queremos crear, las métricas que vamos a utilizar para medir, los pasos que se han de verificar para cumplir el objetivo. En caso contrario, si no está bien definido, podemos estar toda la vida sin llegar hasta el final, sin encontrar la meta.
Y por último, la razón definitiva para terminar un proyecto es ponerle una fecha límite y comunicarla a los 4 vientos. Si la necesidad no surge de nosotros, vamos a poner un motivo externo que nos obligue a finalizarlo, como por ejemplo rendir cuentas a los demás. Por eso, nos va a dar vergüenza posponerlo una y otra vez, así que esta es una de las mejores manera de movernos por fin, para no tener que justificar ante otros las razones por las que hemos sido incapaces.
Y ahora la segunda parte: cuando ya hemos encontrado la solución para terminarlo, ¿cómo nos aseguramos de que eso que vamos a entregar va a ser excelente? ¡Aquí van 3 recetas!
Eres único y lo que tu creas ha de llevar tu marca
La primera, es que sea único. Que lo que tu entregues sea algo creado por ti, que lleva impreso en ello tu marca personal. Porque como tú no hay nadie, y por eso este proyecto que sale de ti, tiene también todas las papeletas para ser auténtico. ¿Qué es lo que tú has aprendido, solo tú que puedes aportar? ¿Cuáles son tus experiencias y aprendizajes que te direrencian y que podrías aplicar? Porque para diferenciarte de los demás, ha de haber algo nuevo que cause interés y curiosidad. Piénsalo bien y estate seguro de que estás incluyendo tu toque personal. Es la garantía de que va a ser novedoso y original.
Sal de tu zona de confort y crece a través de tus creaciones
En segundo lugar, ¿cómo puedes cuidar los detalles para hacerlo perfecto? ¿Qué equipo, qué sistema, qué recursos o qué medios puedes poner para que te sientas orgulloso del resultado? Piensa cómo lo harías para que estés muy satisfecho con la calidad de esto que estás entregando. Ojo, que tampoco se trata de que estés toda la vida haciendo un proyecto maravilloso, que es tan grande y tan amplio que no encuentras nunca el día para terminarlo. Con el resultado en mente de lo que quieres conseguir y que ya has definido antes, fíjate un limite claro de lo que vas a entregar en esta versión y desde ese punto final, ve desglosando todo lo anterior.
Y por último, es tan importante como todo lo demás: cómo puedes ofrecer los máximos niveles de servicio con los medios que son razonables para este nivel de proyeto. La intención es que la gente que experimente los beneficios de tu proyecto se hayan sentido cuidados, que realmente importaban y que el proyecto estaba creado para su beneficio. Ten en cuenta que creamos y producimos para servir a otros, para que les sea útil y saquen beneficio de lo que hacemos. Es la única manera de que nuestros proyectos tengan una larga vida, que los recomienden y que marquen la diferencia en la vida de muchas personas.
Si tienes todos estos puntos en mente mientras estás trabajando en tu proyecto, te aseguro que vas a disfrutar el camino, y que el resultado buscado va a ser tan satisfactorio para ti y para los demás, que estarás continuamente creando proyectos con mucho sentido que van a cambiar tu vida y la de muchísimas personas.
Así que, ponte en marcha con ello, y por favor cuéntame como te va. Me encantaría que me escribieras hablándome de tus experiencias, de lo que te ha resultado más fácil o por el contrario, de donde está la verdadera dificultar. Un abrazo grande