La ansiedad es una emoción común como el miedo o la alegría. Los especialistas la describen como sensación de intranquilidad, nerviosismo, y preocupación. A veces es necesaria y recomendable para sobrevivir ante ciertos peligros o para responder mejor en determinadas situaciones, pues pone a la persona en alerta, activando al máximo la percepción. Por eso, es un síntoma, que bien controlado, se convierte en nuestro aliado.
Seguro que alguna vez la has sufrido, ya que es muy habitual hoy en día. El problema de la ansiedad radica en que por su intensidad y por su permanencia, se puede convertir en una enfermedad. Para mí fue un estado muy habitual durante un largo periodo de mi vida. ¿La razón? Supongo que muchas causas a la vez: no supe o no quise afrontarlo adecuadamente a tiempo, y cada vez fue a peor. Al final ya no solo había ansiedad, sino que había otras muchas cosas. Después de mucho tiempo, más bien años, empecé a resolver el problema, poco a poco. Es una historia muy larga de la que te hablaré en otro momento.
En cualquier caso, te voy a contar lo que aprendí, y cómo es posible curarla a tiempo, pues si no la atiendes irá a peor; y ese es uno de mis aprendizajes: he comprobado que, aquello a lo que te resistes, persiste. Por eso, sea cuál sea el problema lo importante es reconocerlo y dar la cara para empezar a resolver cuanto antes.
Hoy en día me siento agradecida por esa experiencia tan dura, ya que he aprendido muchísimo de ella. Dicen que cuanto más abajo caes, cuando sales, luego subes más arriba. Y así es como me siento yo: una auténtica campeona después de haberlo superado.
Si tu problema es serio, es decir, te impide vivir tu día a día de manera normal, te recomiendo que vayas a un especialista inmediatamente, para evitar que el asunto vaya a peor.
Por el contrario, si es algo puntual que te ocurre de vez en cuando, este post te va ayudar.
Los especialistas hablan de tres causas de la ansiedad:
Tu pensamiento determina tu sentimiento
En primer lugar, la derivada de la manera de pensar, que es la que un “terapeuta cognitivo” te diría: los pensamientos negativos, no racionales, crean ansiedad. Por ejemplo, si crees que siempre has de ser aprobado y aceptado por todo el mundo, te vas a sentir muy nervioso y muy ansioso cuando tengas que dar un discurso delante de mucha gente, o si un cliente o tu jefe te critican.
En este caso, cuando cambias tu manera de pensar, cambias lo que sientes. Porque son tus pensamientos sobre lo que ocurre fuera lo que te causa el malestar, y no lo que ocurre fuera.
Para estas situaciones, te recomiendo que te hagas preguntas, al objeto de cuestionar ese pensamiento irracional: si por ejemplo sientes ansiedad porque vas a hablar delante de muchas personas y piensas que les vas a aburrir, te animo a que te pongas en la peor situación: ¿qué pasa si realmente les aburro?. Y entonces acuérdate de la cantidad de discursos a los que has ido y te has aburrido: ¿ha pasado algo?; realmente el mundo no se acabó. No pasó absolutamente nada. Y ahora tampoco va a pasar. Así que, no hay por qué preocuparse más.
No acumules ira, para rebajar tu ansiedad
En segundo lugar, hay una teoría que menciona que la ansiedad es debida a la represión de la ira. Cuando sientes ira y en vez de manifestarla hacia fuera te la callas, estos sentimientos negativos se vuelven contra ti. Aquí conviene desenmascarar lo que la ha desencadenado, que probablemente parezcan hechos inofensivos. ¿Qué hechos en la vida profesional y personal están alterando el día a día en este momento? A veces parece algo sin importancia. Pero en realidad si la tiene.
Recuerdo un amigo que me comentaba lo mal que se sintió por la ansiedad al hacer un viaje largo en coche. Cuando estuvimos analizando qué estaba pasando en su vida, salió la conversación de que en su casa llevaban viviendo unos familiares varias semanas. Él no estaba cómodo con tanta gente en su casa, pero iba en contra de sus valores no recibirles. Lo que ocurría es que estaba desatendiendo sus sentimientos y priorizando el bienestar de los demás al suyo. Y esto le estaba pasando factura. En cuanto puso remedio a la situación, su ansiedad en el coche desapareció.
En tercer lugar, hay otra teoría que relaciona la ansiedad con desequilibrios médicos físicos. La razón, es que a veces desencadena síntomas como que sientes tenso el pecho, o se te corta la respiración, te sudan las manos, o tienes mareos. Lo cierto es que rara vez hay un problema serio detrás de esto. No obstante, si este es tu caso, es conveniente que visites a un especialista para cerciorarte que todo está bien.
En todos estos casos, hay una solución que alivia enormemente la ansiedad, y que te recomiendo, tanto para aprovechar las ventajas de ella como para minimizar sus inconvenientes: la meditación y el mindfulness. Me oirás hablar de ello en incontables ocasiones; y es que como dice Deepak Chopra, un referente mundial en salud y bienestar, al que yo admiro, la “meditación” es la mejor “medicación”; en esta línea te remito a un artículo que escribí sobre meditación en mi blog; te dejo el enlace abajo.
Las personas altamente eficientes, han convertido a la ansiedad en su aliada, y se ayudan de ella en momentos determinados, y así conseguir mejores resultados.
Si te ha gustado esta información, compártela en las redes y a tus contactos, para que te lleguen más buenas ondas!. Y si no estás suscrito a mi blog o a mi canal youtube, hazlo ahora, y te enviaré contenido gratis periódicamente que estoy convencida que te va a ayudar en tu camino de ser altamente eficiente y por tanto, vital y energético, en cada momento, en cualquier situación, en cualquier circunstancia. Siempre.
Bibliografía: Cabe destacar el excelente trabajo del Dr. Jon Kabat-Zinn, médico, que durante muchas décadas, ha estudiado los beneficios del mindfulness para resolver, entre otros, problemas de ansiedad y estrés. Me gustaría nombrar también a David D. Burns, y David R. Hawkins, ambos psiquiatras y David R Servan Schreiber, que han aportado excelentes y muy valiosos conocimientos para mejorar el bienestar de las personas. La bibliografía de cualquiera de estos autores que menciono, es muy útil para entender con más profundidad la ansiedad.