Hace unos días estuve jugando al golf. Hacía mucho tiempo que no lo hacía: en concreto un año y medio y el pasado mes lo retomé de nuevo. Lo cierto es que me encanta ponerme a prueba con este deporte,porque en su día llegué a la conclusión de que si dominas este deporte, dominas el juego de la vida y por ello he intentado dedicarle de nuevo algo de tiempo.
Realmente es muy exigente, ya que no solo requiere mucho entrenamiento físico, sino que también requiere mucho control mental y emocional. Hace falta tanta precisión en cada golpe, que ser un buen profesional del golf y mantener resultados consistentemente y en el largo plazo es una tarea muy exigente.
Cada vez tiene más adeptos en todo el mundo, y es algo que entiendo perfectamente. La filosofía que hay detrás es muy desafiante por muchas razones. En concreto, me encanta la necesidad de mejora constante que hay detrás: en cada partida, el reto es superarse a uno mismo y no a los demás, por lo que es necesario un trabajo muy importante que solo depende de uno y eso me parece precioso.
También implica al autoconocimiento de las debilidades y las fortalezas propias. Y no basta con potenciar las fortalezas: exige también pulir las debilidades, pues cumplir con el “hándicap”, es decir, con tu potencial actual, requiere esfuerzos en ambos sentidos.
Si te das cuenta, todo lo que he subrayado arriba ES VÁLIDO PARA CUALQUIER ASPECTO DE LA VIDA y en concreto para CUALQUIER PERSONA O EMPRESA QUE ASPIRA A LLEGAR AL SIGUIENTE NIVEL:
se requiere mucho entrenamiento para desarrollar capacidades, control mental y emocional, con afán de superación, potenciando las fortalezas y puliendo las debilidades. Y como lo digo siempre: con el enfoque es ser cada día mejor uno mismo, o la mejor versión de empresa que buscamos ser, para construir en torno a nuestra autenticidad, y mirando a la competencia solamente de reojo, sin el foco puesto en ella.
Además, implica hacer las cosas bien, con precisión, en momentos de tensión y estrés, por un largo periodo de tiempo, cuando todo el mundo te está mirando, y observando tus resultados, y eso saca de quicio a más de uno.
¿Qué hacer en estos casos? Hoy te voy a contar 3 maneras de lidiar bien con estas situaciones. En primer lugar,
enfócate en crecer y no en ganar
Dirás que esto es una paradoja, porque ¿cómo voy a ir a una situación crítica en el trabajo, en la empresa o a una competición, pensando en crecer y no en ganar?
Ahí está el truco: se trata de disfrutar siempre el camino. No sirve de nada llegar arriba, si durante el proceso ha habido mucho sufrimiento.
Porque el momento del triunfo va a ser ¿cuánto, media hora de la entrega de premios, o un día en el caso de un reconocimiento empresarial? ¿Cúanto representa un día en la vida de una empresa o de una persona? Si lo piensas con objetividad, en términos de cantidad, de horas o de días, es mucho más significativo todo el tiempo que lleva el proceso, no solo el momento final.
Por eso, es crucial ante una situación que se supone que es estresante, romper ese patrón y empezar a buscar el disfrute, para lo cual los órganos de los sentidos son excelentes aliados:observa la belleza de lo que hay al alrededor, busca y provoca sonidos agradables. También, desvía tu mente a pensamientos que ayudan a la calma: ese ha de ser el foco, evitando conscientemente pensamientos que, de manera automática, nos colocan en situación de estrés.
La claridad es clave para conseguir resultados
En segundo lugar, concéntrate en una sola cosa, porque cuando lo haces, no cabe nada más en tu mente. Si tu objetivo ese día es hacer un gran partido, mira exclusivamente a la bola. No la pierdas de vista, pues es la que va a entrar en el hoyo. Y olvídate de lo demás. Está bien que fijes el rumbo de hacia donde va a ir tu tiro, y a partir de ahí, a cuidar tu tarea esencial, que es cuidar a la bola para que llegue sana y salva a su destino, y eso implica colocarte de manera óptima, y permitir solamente un tipo de emociones y sentimientos óptimos, que son los que hemos mencionado antes.
Si traducimos esta metáfora del juego a términos empresariales, enfócate en la tarea que estás haciendo ahora, ya que has de dedicarla todo el cariño y toda la intención para que salga como has diseñado. Olvídate de lo que están haciendo los demás, o de otros aspectos externos. Tu misión es hacer una tarea de manera excelente ahora, y eso requiere que toda tu atención y tu energía estén dedicadas a ella. Porque aquello en lo que te enfocas crece y se hace más grande.
La confianza en ti te llevará a dónde desees
En tercer lugar, confía en todo lo que has hecho para llegar hasta aquí, y en que eres capaz de resolver lo que tienes entre manos, porque ya lo has hecho antes. Está todo hecho ya, por lo que permite que salga de ti automáticamente, de manera espontánea.
En momentos de estrés pensar demasiado, “estropea el tiro”. La razón es que esos pensamientos surgen desde un estado de angustia, de precipitación, y eso es lo que automáticamente ejecutará el cuerpo, y va a llevar a error. Así que, relájate y confía. Si notas que te resulta difícil, conecta con tu respiración y enfócate solo en ella y eso te calmará.
Me encantaría que me contaras qué ocurre cuando intentas poner esto en práctica. Te aseguro que es la manera óptima de enfrentarse a momentos exigentes. Porque calma y disfrute no son sinónimos de lentitud, ni de poca eficiencia. Por el contrario, calma y discfrute implican precisión, ritmo, bienestar, que unidos a la confianza llevan al resultado deseado.
¿Te animas a enfrentar el próximo momento de estrés desde este punto de vista? Si lo haces, empezarás a desarrollar un hábito que es propio de las personas altamente eficientes. Estoy deseando que me cuentes qué ocurre.
¡Un abrazo grande y hasta pronto!